Las políticas económicas neoliberales durante el sexenio de Carlos Salinas en México

El neoliberalismo ha sido un tema central en el debate económico y político de México desde la década de 1990, marcando un antes y un después en la historia del país. A través de una serie de reformas estructurales, el gobierno de Carlos Salinas de Gortari implementó un modelo que prometía modernizar la economía mexicana y abrirla al mercado global, en un contexto de creciente presión internacional y cambios en la política económica mundial. Este enfoque no solo transformó el panorama económico, sino que también sentó las bases para un nuevo orden social, cuyos efectos se siguen sintiendo hasta hoy.

Las reformas neoliberales incluyeron la privatización de empresas estatales y la apertura comercial, acciones que fueron vistas como necesarias para atraer inversión extranjera y fomentar el crecimiento económico. Sin embargo, estas políticas también generaron un debate intenso sobre sus consecuencias, evidenciando una creciente desigualdad y un aumento en los índices de pobreza. A medida que se iban implementando estas medidas, la sociedad mexicana comenzó a experimentar un cambio radical en su estructura económica, lo que generó tanto oportunidades como desafíos para distintas franjas de la población.

El legado de este periodo ha sido objeto de análisis crítico, tanto por economistas como por movimientos sociales que han cuestionado la idoneidad de un modelo que, a pesar de sus promesas de prosperidad, ha dejado una estela de controversias. Las voces en contra del neoliberalismo han señalado la necesidad de replantear las políticas económicas para abordar las desigualdades generadas y buscar un desarrollo más inclusivo. Así, el impacto de la era salinista se convierte en un tema indispensable para entender la política económica actual de México y los desafíos que enfrenta en el contexto global contemporáneo.

Contexto histórico del neoliberalismo en México

El neoliberalismo en México no surgió de la nada; más bien, es el resultado de un contexto histórico y económico complejo que se ha desarrollado a lo largo de varias décadas. A finales de la década de 1980, bajo la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, se implementaron políticas neoliberales que transformaron profundamente la economía mexicana. Para entender este fenómeno, es crucial examinar los antecedentes económicos previos a Salinas, así como las influencias externas que dieron forma a este enfoque económico, particularmente a través del Consenso de Washington.

Antecedentes económicos previos a Salinas

Antes de la llegada de Carlos Salinas al poder en 1988, México atravesaba una serie de crisis económicas que habían minado su desarrollo. Los años setenta se caracterizaron por un crecimiento económico sostenido, pero a costa de un alto endeudamiento externo. La crisis de la deuda de 1982 marcó un punto de inflexión en la economía mexicana, cuando el país se declaró en default y tuvo que renegociar su deuda con acreedores internacionales. Este evento fue la culminación de políticas de expansión fiscal y monetaria que, aunque inicialmente promovieron el crecimiento, derivaron en una inflación galopante y en un deterioro de la balanza de pagos.

El modelo económico que predominó en este periodo se basaba en la industrialización por sustitución de importaciones, que favorecía la protección de la industria nacional mediante aranceles y subsidios. Sin embargo, este modelo empezó a mostrar signos de agotamiento, destacando la ineficiencia de muchas empresas estatales y la falta de competitividad en el mercado internacional. La economía mexicana, que había crecido a un ritmo promedio del 6% anual en los años sesenta y setenta, se vio atrapada en un ciclo de recesión y crisis.

Influencias externas y el Consenso de Washington

La crítica situación económica de México en los años ochenta fue acompañada de un cambio en la política económica global hacia el neoliberalismo, impulsado por instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. El Consenso de Washington, un conjunto de recomendaciones de política económica promovidas por estas instituciones, abogaba por la liberalización de los mercados, la desregulación y la privatización de empresas estatales. Este enfoque se convirtió en un modelo para muchos países en desarrollo que buscaban estabilizar sus economías y atraer inversión extranjera.

Como resultado de estas influencias externas, el gobierno de Salinas adoptó políticas neoliberales como respuesta a la crisis. Se promovieron reformas estructurales que buscaban desmantelar el modelo de sustitución de importaciones y abrir la economía mexicana a la competencia internacional. Estas reformas fueron presentadas como necesarias para modernizar la economía, atraer inversiones y fomentar el crecimiento. Así, México se alineó con una tendencia global que buscaba un menor papel del Estado en la economía y una mayor apertura al mercado.

El contexto histórico del neoliberalismo en México es, por lo tanto, un reflejo de una serie de crisis económicas internas, combinadas con presiones externas que llevaron a la adopción de un modelo económico radicalmente diferente. Con el inicio del gobierno de Carlos Salinas, el país se dispuso a implementar una serie de reformas que cambiarían el rumbo de su historia económica y social.

Principales políticas económicas implementadas

Durante el periodo de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), México experimentó una profunda transformación en su estructura económica, que marcó un cambio significativo hacia el neoliberalismo. Las políticas implementadas durante este sexenio no solo redefinieron el papel del Estado en la economía, sino que también sentaron las bases para un modelo que continuaría influyendo en la política económica del país en las décadas siguientes. Este capítulo se centrará en las principales políticas económicas que caracterizaron este periodo, incluyendo la privatización de empresas estatales, la apertura comercial y los tratados internacionales, así como las reformas fiscales y monetarias.

Privatización de empresas estatales

Uno de los pilares centrales de la política económica neoliberal de Salinas fue la privatización de empresas estatales. Este proceso se llevó a cabo en un contexto en el que el gobierno mexicano enfrentaba una creciente crisis de deuda y un sector público considerado ineficiente y corrupto. La idea detrás de la privatización era que un sector privado más robusto podría impulsar la productividad y la competitividad de la economía mexicana.

Entre las empresas más emblemáticas privatizadas se encuentran:

  • Teléfonos de México (Telmex)
  • Mexicana de Aviación
  • Ferrocarriles Nacionales de México
  • diversas empresas del sector energético y de servicios públicos.

La privatización de Telmex en 1990 es un caso representativo, ya que se convirtió en la mayor empresa de telecomunicaciones del país. La venta se realizó a Carlos Slim y su conglomerado, lo que le permitió consolidar un monopolio en el sector. Este fenómeno generó críticas, ya que se argumentó que la privatización favoreció a unos pocos empresarios en detrimento de una mayor competencia y acceso a servicios básicos para la población.

Además, la política de privatización se justificó bajo el argumento de que el Estado debía reducir su intervención en la economía. Sin embargo, muchos analistas sostienen que este proceso no generó los beneficios económicos esperados y que, en lugar de mejorar la eficiencia, condujo a una concentración del poder económico en manos de unos pocos.

Apertura comercial y tratados internacionales

La apertura comercial fue otra de las políticas clave durante el sexenio de Salinas. En este contexto, la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1992 fue uno de los logros más destacados de su administración. Este tratado, que entró en vigor en 1994, estableció un marco para la eliminación de barreras comerciales entre México, Estados Unidos y Canadá, promoviendo un intercambio más libre de bienes y servicios.

La apertura comercial tenía como objetivo atraer inversión extranjera y modernizar el sector industrial mexicano. Sin embargo, también trajo consigo desafíos significativos. La liberalización del comercio expuso a muchas industrias nacionales a la competencia extranjera, lo que llevó a la quiebra de numerosas empresas y a la pérdida de empleos en sectores como la agricultura y la manufactura. Por otro lado, se argumenta que el TLCAN contribuyó a la expansión de la inversión extranjera directa en México, lo que permitió un crecimiento en ciertos sectores, especialmente en la industria maquiladora.

La implementación del TLCAN también fue vista como un movimiento hacia la integración económica de América del Norte. Esto generó tanto expectativas como preocupaciones sobre la soberanía económica de México, ya que se otorgó un mayor protagonismo a las corporaciones multinacionales en el país.

Reformas fiscales y monetarias

Las reformas fiscales y monetarias fueron fundamentales para establecer un entorno macroeconómico estable que favoreciera el crecimiento. Salinas implementó una serie de medidas para controlar la inflación y estabilizar la economía, que había estado marcada por crisis recurrentes durante las décadas previas. Estas reformas incluyeron la adopción de un régimen de tipo de cambio fijo y la liberalización de los mercados financieros.

Un aspecto notable fue la creación del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) en 1992, que buscaba transformar el sistema de pensiones en México. Este sistema promovió la capitalización y la inversión privada de los ahorros de los trabajadores, lo que permitió el crecimiento del mercado de capitales en el país. Sin embargo, la transición también planteó problemas de acceso y equidad, ya que no todos los trabajadores pudieron beneficiarse de este nuevo sistema.

Las reformas fiscales también incluyeron una revisión del sistema tributario, que buscaba ampliar la base de contribuyentes y reducir el déficit fiscal. A pesar de estas medidas, muchos críticos argumentan que la carga fiscal recaía desproporcionadamente sobre los sectores más vulnerables de la población, mientras que las grandes corporaciones disfrutaron de beneficios fiscales significativos. Esto se tradujo en un aumento de la desigualdad económica en el país.

Año Inflación (%) Tipo de Cambio (MXN/USD) Crecimiento del PIB (%)
1988 51.4 2.0 -4.0
1990 30.0 2.4 3.0
1994 6.9 3.4 4.0

En resumen, las políticas económicas implementadas durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari establecieron un cambio radical en la forma en que México se relacionaba con su economía interna y externa. La privatización de empresas estatales, la apertura comercial y las reformas fiscales y monetarias fueron fundamentales para este proceso, aunque también generaron críticas y cuestionamientos sobre su efectividad y sus consecuencias sociales y económicas. A medida que se explorará en los siguientes capítulos, estos cambios no solo definieron la década de los noventa, sino que también dejaron una huella duradera en la economía mexicana contemporánea.

Impacto social y económico de las políticas neoliberales

Las políticas neoliberales implementadas en México durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) tuvieron un profundo impacto en la estructura social y económica del país. Estos cambios no solo transformaron el panorama económico, sino que también generaron consecuencias profundas en la vida cotidiana de millones de mexicanos. En este apartado, se analizarán en detalle la desigualdad y pobreza que se manifestaron durante este periodo, así como el crecimiento económico y las dinámicas del empleo que surgieron a raíz de estas políticas.

Desigualdad y pobreza en el sexenio

Uno de los efectos más notorios de las políticas neoliberales fue el aumento de la desigualdad y la pobreza en México. A pesar de que se promovió el crecimiento económico como un objetivo primordial, la distribución de la riqueza siguió siendo altamente desigual. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la pobreza multidimensional afectaba a más de la mitad de la población durante la administración de Salinas, y aunque se experimentó un crecimiento económico, este no se tradujo en una mejora equitativa en las condiciones de vida de todos los ciudadanos.

A medida que las empresas estatales fueron privatizadas, una pequeña élite se benefició de la venta de activos nacionales, mientras que la mayoría de la población enfrentaba un estancamiento en sus ingresos. De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el índice de Gini, que mide la desigualdad, mostró un incremento preocupante. En 1994, el índice se situó en 0.48, lo que indica una concentración de la riqueza en manos de unos pocos.

Las políticas de austeridad fiscal y la reducción de los gastos sociales, como educación y salud, también contribuyeron al aumento de la pobreza. La eliminación de subsidios en productos básicos afectó desproporcionadamente a las clases más vulnerables, llevando a un aumento en el costo de vida. En este contexto, el acceso a servicios básicos se convirtió en un lujo para muchos, y el sistema de salud pública enfrentó una profunda crisis, dejando a muchos mexicanos sin atención adecuada.

Crecimiento económico y empleo

A pesar de los retos mencionados, el sexenio de Salinas se caracterizó por un crecimiento económico significativo, que alcanzó tasas del 3.5% anual en promedio. Este crecimiento fue impulsado principalmente por la apertura comercial y la inversión extranjera, facilitada por la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994. Sin embargo, este crecimiento no se tradujo en un aumento proporcional de empleo de calidad. La economía mexicana se volvió más dependiente de sectores como la maquila, que ofrecían empleos con bajos salarios y condiciones laborales precarias.

El empleo informal también creció durante este periodo, representando una proporción significativa de la fuerza laboral. Según datos del INEGI, en 1994 más del 60% de la población ocupada trabajaba en la economía informal, lo que refleja la inseguridad laboral y la falta de derechos laborales para muchos trabajadores. Este fenómeno fue un resultado directo de la desregulación del mercado laboral y la flexibilización de las leyes laborales, que favorecieron a los empleadores en detrimento de los derechos de los trabajadores.

Además, el crecimiento económico experimentado durante el sexenio de Salinas fue muy heterogéneo, con ciertas regiones y sectores beneficiándose más que otros. Las zonas urbanas, especialmente en el norte del país, vieron un mayor desarrollo debido a la cercanía con Estados Unidos y la inversión extranjera, mientras que las áreas rurales continuaron enfrentando desafíos significativos, incluyendo la migración forzada hacia las ciudades en busca de mejores oportunidades.

Análisis de las estadísticas

Año Tasa de Pobreza (%) Índice de Gini Crecimiento del PIB (%) Porcentaje de Empleo Informal (%)
1988 52.3 0.43 -5.0 60.5
1994 54.5 0.48 3.5 67.9

La tabla anterior muestra cómo, a pesar del crecimiento del PIB, las tasas de pobreza y el índice de Gini mostraron cifras alarmantes, reflejando una creciente desigualdad. La tasa de empleo informal también se mantuvo alta, indicando que muchas personas se vieron forzadas a aceptar trabajos sin seguridad social ni beneficios laborales.

En conclusión, el impacto social y económico de las políticas neoliberales en México durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari fue complejo y multifacético. A pesar de algunos logros en términos de crecimiento económico, la desigualdad y la pobreza se acentuaron, lo que dejó un legado duradero que continúa influyendo en la realidad social y económica del país en la actualidad.

Críticas y controversias en torno al neoliberalismo

El neoliberalismo en México, particularmente durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, ha generado un amplio espectro de críticas y controversias. Estas críticas provienen tanto de economistas como de académicos, así como de movimientos sociales que han cuestionado la efectividad y la equidad de las políticas implementadas. La visión neoliberal, que aboga por la reducción del papel del Estado en la economía y la promoción de los mercados libres, ha sido objeto de debates intensos en el país.

Opiniones de economistas y académicos

Los economistas y académicos han estado divididos en su valoración del neoliberalismo. Muchos argumentan que las políticas implementadas durante el periodo de Salinas han llevado a un crecimiento económico sostenido y a la modernización de la economía mexicana. Sin embargo, otros sostienen que este crecimiento ha sido desigual y ha beneficiado principalmente a una élite económica, exacerbando las desigualdades sociales.

Uno de los principales críticos del neoliberalismo en México ha sido Julio Boltvinik, quien ha señalado que el crecimiento económico no ha sido acompañado de mejoras en la calidad de vida de la mayoría de la población. Según Boltvinik, las reformas neoliberales han llevado a un aumento en la pobreza y a la concentración de la riqueza en manos de unos pocos. En su obra, Boltvinik presenta datos que sugieren que, a pesar del crecimiento del PIB, la distribución del ingreso se ha vuelto más desigual.

Por otro lado, José Luis Calva ha argumentado que el enfoque neoliberal ha permitido una mayor integración de México en la economía global, lo que ha sido positivo en términos de atracción de inversiones extranjeras. Sin embargo, también ha señalado que esta integración ha hecho a la economía mexicana vulnerable a crisis externas, como se evidenció en la crisis financiera de 1994.

Además, académicos como Raúl Delgado Wise han criticado la desregulación laboral y la precarización del empleo. Según Delgado Wise, las reformas laborales han debilitado los derechos de los trabajadores, lo que ha llevado a una mayor informalidad en el mercado laboral y a condiciones de trabajo cada vez más precarias.

Movimientos sociales y resistencia

Los movimientos sociales han jugado un papel crucial en la resistencia al neoliberalismo en México. Organizaciones comunitarias, sindicatos y grupos indígenas han alzado la voz contra las políticas neoliberales, argumentando que estas han llevado a la pérdida de derechos sociales y a la degradación de las condiciones de vida de las comunidades más vulnerables.

Uno de los ejemplos más destacados de resistencia ha sido el levantamiento zapatista en 1994, que se produjo justo en el momento de la implementación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Los zapatistas denunciaron que el TLCAN beneficiaría a las grandes corporaciones y perjudicaría a los campesinos e indígenas. Su famoso "Ya basta" resonó en todo el país y se convirtió en un símbolo de la lucha contra el neoliberalismo.

Otro movimiento significativo ha sido el de los trabajadores de la educación, quienes han denunciado las políticas de privatización y la desinversión en la educación pública. Estas acciones han llevado a movilizaciones masivas, ocupaciones de escuelas y paros laborales, evidenciando el descontento con un modelo económico que prioriza el lucro sobre el bienestar social.

En los últimos años, también ha emergido un movimiento feminista que critica el neoliberalismo por perpetuar las desigualdades de género y la violencia contra las mujeres. Las feministas han argumentado que las políticas neoliberales han llevado a una mayor precarización del trabajo femenino y a una falta de inversión en servicios básicos como la salud y la educación.

Resumen de críticas

A continuación, se presenta un resumen de las principales críticas al neoliberalismo en México:

Crítica Descripción
Desigualdad social Crecimiento económico desigual que beneficia a una élite y aumenta la pobreza.
Precarización del empleo Desregulación laboral que lleva a condiciones de trabajo inestables y sin derechos.
Impacto en la educación Privatización de servicios que afecta la calidad educativa y el acceso a la educación pública.
Vulnerabilidad económica Dependencia de la economía mexicana a factores externos y crisis financieras globales.

Los movimientos sociales en México han sido fundamentales para visibilizar estos problemas y proponer alternativas al modelo neoliberal. A través de la organización y la resistencia, han buscado recuperar derechos y promover un modelo de desarrollo más equitativo y sostenible.

En resumen, la crítica al neoliberalismo en México no solo se ha centrado en la evaluación económica de las políticas implementadas, sino que también ha abordado cuestiones sociales y de derechos humanos. La resistencia a estas políticas ha sido un elemento clave en la historia reciente del país, reflejando el descontento de amplios sectores de la población con un modelo que, según muchos, ha fallado en cumplir sus promesas de prosperidad y equidad.

Legado del sexenio de Carlos Salinas en la política económica actual

El legado del sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) es un tema de intensa discusión en el ámbito académico y político en México. Su administración marcó el inicio de un proceso de neoliberalización que transformó profundamente la estructura económica y social del país. Comprender este legado implica analizar tanto las continuidades como las rupturas en las políticas económicas que han prevalecido en el México contemporáneo, así como la relevancia del neoliberalismo en el actual contexto socioeconómico.

Continuidades y rupturas en las políticas

Las políticas económicas implementadas durante el gobierno de Salinas establecieron un nuevo paradigma que, aunque ha sido objeto de críticas, ha permanecido en muchos aspectos hasta el presente. La continuidad en ciertos enfoques económicos se puede observar en varios ámbitos, incluyendo la privatización de empresas estatales, la apertura de mercados y la promoción de la inversión extranjera. Sin embargo, también existen rupturas significativas que han surgido en respuesta a los desafíos contemporáneos y a la presión de diversos sectores sociales.

Una de las continuidades más evidentes es la política de privatización que se incentivó durante el mandato de Salinas. Este proceso no solo se limitó a la venta de empresas estatales, sino que también promovió un modelo de desarrollo basado en el mercado que se ha mantenido vigente. La privatización de empresas como Teléfonos de México y la Comisión Federal de Electricidad fueron emblemáticas y sentaron un precedente para futuras administraciones, que continuaron con la tendencia de desregulación y privatización en sectores estratégicos.

Por otro lado, las rupturas se han manifestado en la creciente insatisfacción social y en la presión por la inclusión de políticas más equitativas y sostenibles. La crisis económica de 1994, que culminó en el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas, fue un claro indicativo de que el modelo neoliberal, tal como se había implementado, no había resuelto los problemas de desigualdad y pobreza. Desde entonces, ha habido un llamado a repensar el enfoque económico del país, lo que ha llevado a algunas administraciones a buscar un equilibrio entre el neoliberalismo y políticas más sociales.

Relevancia del neoliberalismo en el México contemporáneo

El neoliberalismo sigue siendo un tema central en el discurso político y económico de México. A pesar de las críticas y los movimientos sociales que han surgido en oposición a este modelo, muchos de sus principios siguen influyendo en la política económica actual. La liberalización del comercio y la inversión extranjera, así como la desregulación en varios sectores, son elementos que continúan formando parte de la estrategia económica del país, incluso bajo administraciones que se han autodenominado como progresistas.

La firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994 es un ejemplo claro de la relevancia del enfoque neoliberal. Aunque el TLCAN fue renegociado y sustituido por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en 2020, su esencia neoliberal permanece. Este tipo de acuerdos han sido defendidos como motores del crecimiento económico y la atracción de inversiones, y aunque han generado beneficios en términos de comercio, también han exacerbado la desigualdad y han dejado a ciertos sectores de la población en condiciones de vulnerabilidad.

Además, el legado de Salinas se refleja en la estructura del sistema financiero mexicano, que sigue operando bajo principios neoliberales. La independencia del Banco de México y el enfoque en la estabilidad macroeconómica son continuidades que han caracterizado la política económica del país, aunque se han visto cuestionadas por la necesidad de considerar otros indicadores que reflejen el bienestar social y no solo el crecimiento del PIB.

Es importante mencionar que la crítica al neoliberalismo ha ganado fuerza en los últimos años, con un aumento en la movilización social y la demanda de cambios en las políticas que aborden la pobreza y la desigualdad. Esto ha llevado a algunos gobiernos recientes a implementar programas sociales que intentan compensar los efectos negativos del modelo neoliberal, aunque el debate sobre su efectividad y sostenibilidad sigue abierto.

La voz de la sociedad civil y los movimientos sociales

El legado de Carlos Salinas también se refleja en la creciente participación de la sociedad civil y en los movimientos sociales que han surgido como respuesta a las políticas neoliberales. Organizaciones no gubernamentales, colectivos indígenas y movimientos comunitarios han cuestionado las decisiones económicas que han afectado sus condiciones de vida. La resistencia social ha tomado diversas formas, desde protestas pacíficas hasta la organización de redes de apoyo comunitario que buscan alternativas al modelo económico dominante.

El surgimiento de movimientos como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional no solo puso de manifiesto el descontento con el neoliberalismo, sino que también promovió un discurso alternativo que aboga por la autonomía, la justicia social y la equidad. Este tipo de iniciativas han contribuido a diversificar el debate sobre el futuro económico de México y han llevado a una mayor conciencia sobre la necesidad de políticas que prioricen el bienestar social sobre el crecimiento económico a cualquier costo.

La relevancia del legado de Salinas en la política económica actual radica en su capacidad para provocar un análisis crítico sobre las consecuencias del neoliberalismo y la necesidad de un enfoque más inclusivo y sustentable. La lucha por un modelo económico que considere la diversidad cultural y social de México, así como las demandas de justicia económica y social, sigue siendo un desafío para los formuladores de políticas en el país.

Reflexiones finales sobre el legado del neoliberalismo

El legado del sexenio de Carlos Salinas se manifiesta en un contexto en el que las tensiones entre el neoliberalismo y la justicia social son cada vez más evidentes. Las políticas implementadas durante su administración han establecido un marco que, aunque ha sido cuestionado y criticado, sigue influyendo en la dirección económica del país. La necesidad de abordar las problemáticas de desigualdad y pobreza, así como de promover un desarrollo más equitativo y sostenible, es un desafío constante para las futuras generaciones de líderes y ciudadanos en México.

La historia económica de México, en el contexto del legado de Salinas, nos invita a reflexionar sobre la importancia de construir un país en el que el desarrollo no solo se mida en términos de crecimiento económico, sino también en la calidad de vida de sus habitantes y en la justicia social. Esta reflexión se convierte en un llamado a la acción para todos los actores de la sociedad, desde el gobierno hasta los ciudadanos, al considerar el tipo de país que desean construir y las políticas que se deben implementar para lograrlo.

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