La resistencia conservadora durante el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada

Durante el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada en México, que abarcó desde 1872 hasta 1876, hubo una fuerte resistencia conservadora por parte de diversos sectores de la sociedad. Esta oposición se manifestó en diferentes ámbitos, tanto políticos como sociales y económicos, y se caracterizó por su oposición a las reformas liberales implementadas por Lerdo de Tejada.

Desde el inicio de su gobierno, Lerdo de Tejada adoptó una serie de medidas que generaron descontento entre los grupos conservadores. Una de las principales acciones que los conservadores encontraron problemáticas fue la promulgación de la Ley Lerdo en 1856, que establecía la secularización de los bienes comunales y expropiaba los bienes agrícolas y mineros de la Iglesia y de las comunidades indígenas. Esta ley buscaba impulsar la modernización del país y la consolidación del Estado laico, pero generó resistencia entre los conservadores, que veían en ella un ataque a la religión y a la propiedad privada.

Otro punto de conflicto fue la política educativa de Lerdo de Tejada, que buscaba la creación de una educación pública y laica. Esta idea chocaba con los intereses de los conservadores, que defendían la educación religiosa y la influencia de la Iglesia en la formación de los jóvenes. Además, Lerdo de Tejada promovió el establecimiento del Registro Civil y el matrimonio civil, lo que también fue motivo de resistencia por parte de los conservadores, que consideraban que estas medidas atentaban contra la institución del matrimonio religioso.

En el ámbito político, también hubo una fuerte oposición a Lerdo de Tejada. Durante su gobierno, se instauró la reelección presidencial, lo que generó críticas y temores de que se estableciera un régimen autoritario. Los conservadores veían en Lerdo de Tejada a un dictador en potencia y se opusieron vehementemente a su reelección en 1876.

En el ámbito económico, la resistencia conservadora se manifestó principalmente en contra de la política de Lerdo de Tejada de desierto y baldíos, que buscaba repartir tierras baldías a campesinos y pequeños propietarios. Los conservadores veían en estas medidas una amenaza a su posición privilegiada y una posible expropiación de sus tierras y propiedades.

Desde el punto de vista social, la resistencia conservadora estuvo en gran medida ligada a la defensa de los valores tradicionales y religiosos. Los conservadores se oponían a los cambios sociales y culturales propuestos por Lerdo de Tejada, como la modernización de la ciudad de México, la promoción de la industria y la construcción de infraestructuras modernas. Además, se opusieron a la abolición de la esclavitud y a las políticas de Lerdo de Tejada a favor de los derechos de los indígenas y de las mujeres.

En resumen, durante el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada hubo una fuerte resistencia conservadora en México, que se manifestó en diferentes ámbitos. Esta oposición estuvo motivada por el rechazo a las reformas liberales implementadas por Lerdo de Tejada, como la Ley Lerdo, la política educativa laica, la reelección presidencial y la política de reparto de tierras. Además, los conservadores se opusieron a los cambios sociales y culturales propuestos por Lerdo de Tejada, defendiendo los valores tradicionales y religiosos.

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