Agustín de Iturbide es una figura polémica en la historia de México. Nacido el 27 de septiembre de 1783 en Valladolid, actualmente Morelia, Iturbide se convirtió en una de las figuras más influyentes y controvertidas durante el periodo de la lucha por la independencia de México.

Iturbide comenzó su carrera militar en el ejército español y luchó contra las fuerzas insurgentes encabezadas por Miguel Hidalgo y José María Morelos. Sin embargo, a medida que avanzaba la guerra, Iturbide comenzó a tener dudas sobre su lealtad a la corona española y se acercó a la causa de la independencia mexicana.

En 1820, Iturbide fue nombrado comandante del ejército de la región de Veracruz y se alió con Vicente Guerrero, uno de los líderes insurgentes más importantes. Juntos, idearon el Plan de Iguala, un documento que proponía la independencia de México y establecía una monarquía constitucional encabezada por un descendiente de la Casa de Borbón.

El Plan de Iguala fue aceptado por la mayoría de las facciones involucradas en la guerra de independencia y marcó el fin del conflicto armado. En 1821, Iturbide y Guerrero firmaron el Tratado de Córdoba, que reconocía la independencia de México y establecía los términos para la formación de un nuevo gobierno.

Como resultado del Tratado de Córdoba, Iturbide fue proclamado emperador de México el 18 de mayo de 1822. Sin embargo, su mandato fue breve y lleno de controversia. Muchos mexicanos no estaban de acuerdo con el establecimiento de una monarquía y consideraban a Iturbide un traidor a la causa de la independencia.

Además, Iturbide se enfrentó a numerosos desafíos internos, incluyendo conflictos con las antiguas facciones insurgentes y el creciente descontento popular. En 1823, fue derrocado por un golpe militar encabezado por Antonio López de Santa Anna y se vio obligado a exiliarse en Italia.

A pesar de su caída en desgracia, Iturbide regresó a México en 1824 en un intento por restablecer su gobierno. Sin embargo, fue arrestado y condenado a muerte por traición. Fue fusilado el 19 de julio de 1824 en Padilla, Tamaulipas.

A lo largo de la historia de México, la figura de Agustín de Iturbide ha sido objeto de debate y controversia. Algunos lo consideran un traidor y oportunista que traicionó a la corona española y a la causa de la independencia para obtener poder personal. Otros, por otro lado, lo ven como un líder visionario que intentó unir a México y establecer un gobierno estable después de años de guerra.

Independientemente de la opinión que se tenga sobre Iturbide, es innegable que su figura y sus acciones desempeñaron un papel importante en la historia de México. Su intento de establecer una monarquía constitucional es un ejemplo de los desafíos y tensiones políticas que enfrentaba el país en ese momento.

En última instancia, la figura de Agustín de Iturbide es un recordatorio de la complejidad y la ambigüedad de la historia y de cómo las decisiones y acciones de un solo individuo pueden tener un impacto duradero en un país y en su gente.