La influencia del pensamiento Ilustrado en la Guerra de Independencia de México

La Guerra de Independencia de México, que se desarrolló entre 1810 y 1821, no fue un evento aislado ni espontáneo. Fue el resultado de una serie de factores históricos, económicos, sociales y, crucialmente, intelectuales. Entre estos, la influencia del pensamiento Ilustrado se destaca como un elemento fundamental que moldeó las ideas y objetivos de los líderes insurgentes y la sociedad mexicana en general. La Ilustración, un movimiento intelectual que floreció en Europa durante los siglos XVII y XVIII, promovió valores como la razón, la libertad, la igualdad y la fraternidad. Estos ideales fueron absorbidos por las élites criollas y otros grupos sociales en Nueva España, contribuyendo significativamente al espíritu de emancipación que finalmente condujo a la independencia.

El contexto de la Ilustración

La Ilustración, también conocida como el Siglo de las Luces, fue un periodo donde el pensamiento racional y el empirismo se impusieron sobre las tradiciones y las creencias dogmáticas. Filósofos como John Locke, Voltaire, Montesquieu, Jean-Jacques Rousseau y Denis Diderot defendieron la importancia del conocimiento científico, la crítica racional y los derechos naturales del hombre. Sus obras difundieron ideas sobre la soberanía popular, la separación de poderes, la igualdad ante la ley y la libertad individual.

En el contexto de Nueva España, estas ideas comenzaron a permear entre las élites criollas a finales del siglo XVIII, especialmente a través de la educación y la lectura de textos prohibidos. La Real y Pontificia Universidad de México y otras instituciones educativas se convirtieron en focos de difusión de las nuevas ideas. Aunque la Corona española intentó censurar muchas de estas obras, la circulación de libros y panfletos clandestinos aseguraron que las ideas ilustradas alcanzaran a una audiencia más amplia.

La Ilustración y los precursores de la independencia

Los precursores de la independencia de México, como Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos, Juan Aldama, Ignacio Allende y otros, fueron profundamente influenciados por las ideas ilustradas. Miguel Hidalgo, en particular, fue un lector ávido de los textos de la Ilustración. Se dice que poseía una biblioteca considerable donde se encontraban obras de Voltaire, Rousseau y otros pensadores iluministas.

Hidalgo, un sacerdote educado, no solo estaba familiarizado con las doctrinas ilustradas, sino que también las discutía con sus compañeros. Estas ideas sobre la igualdad, la libertad y la soberanía del pueblo encontraron un terreno fértil en una sociedad marcada por profundas desigualdades y opresiones. La discriminación racial, la explotación económica y la exclusión política de los criollos y otras clases subalternas fomentaron un deseo de cambio que las ideas ilustradas articulaban de manera coherente y poderosa.

La conspiración de Querétaro

La influencia de la Ilustración fue evidente en la Conspiración de Querétaro, un movimiento secreto que planeaba una insurrección contra el dominio español. Entre sus miembros estaban Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y José Mariano Abasolo. Estos conspiradores fueron inspirados no solo por el contexto de opresión en Nueva España, sino también por el éxito de la Revolución Francesa y la independencia de Estados Unidos, eventos que demostraron que los ideales ilustrados podían llevar a una transformación radical de la sociedad.

La Conspiración de Querétaro pretendía establecer un gobierno más justo y equitativo, basado en los principios de la Ilustración. Aunque la conspiración fue descubierta antes de tiempo, el llamado de Hidalgo al Grito de Dolores en 1810 marcó el inicio de la lucha armada por la independencia.

Los documentos fundacionales y la Ilustración

Durante la Guerra de Independencia, los insurgentes produjeron varios documentos que reflejaban claramente la influencia de las ideas ilustradas. Uno de los más importantes fue el "Sentimientos de la Nación" de José María Morelos, presentado en 1813 en el Congreso de Chilpancingo. Este documento es una manifestación explícita de los ideales ilustrados: proclamaba la independencia de América de la dominación española, la abolición de la esclavitud, la eliminación de los tributos, y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.

El "Sentimientos de la Nación" también proponía la creación de un gobierno basado en principios republicanos y la división de poderes, inspirados en las teorías de Montesquieu. La influencia de Rousseau es evidente en la afirmación de que la soberanía reside esencialmente en el pueblo y en la demanda de un pacto social que garantice los derechos y libertades de todos los ciudadanos.

La educación y la difusión de ideas

El papel de la educación en la difusión del pensamiento ilustrado no puede ser subestimado. Las escuelas y las universidades, aunque controladas por la Iglesia y la Corona, comenzaron a enseñar conceptos de la Ilustración de manera indirecta. Los jesuitas, antes de su expulsión de Nueva España en 1767, jugaron un papel crucial en la propagación de estas ideas. Al ser educadores de las élites criollas, los jesuitas inculcaron valores de pensamiento crítico y cuestionamiento de la autoridad, que fueron esenciales para el desarrollo de una conciencia independentista.

Además, la publicación de periódicos y panfletos revolucionarios durante la guerra ayudó a difundir las ideas ilustradas entre un público más amplio. Estos medios de comunicación discutían temas como la libertad, la justicia y los derechos humanos, y fomentaban un sentido de identidad y unidad entre los insurgentes y sus simpatizantes.

La influencia extranjera

El éxito de la Revolución Americana y la Revolución Francesa proporcionó ejemplos concretos de cómo las ideas ilustradas podían aplicarse para derrocar regímenes opresivos y establecer nuevos gobiernos basados en los principios de la libertad y la igualdad. Estos eventos internacionales no solo inspiraron a los líderes insurgentes, sino que también proporcionaron modelos para la organización política y militar.

Las constituciones de Estados Unidos y Francia sirvieron como referencias para los insurgentes mexicanos. Por ejemplo, la Constitución de Apatzingán de 1814, redactada por el Congreso de Anáhuac, incorporó muchos principios ilustrados y republicanos, como la soberanía del pueblo, la división de poderes y los derechos individuales.

Los desafíos y la resistencia

A pesar de la influencia positiva de la Ilustración, la adopción de estas ideas no fue fácil ni universal. La sociedad colonial estaba profundamente arraigada en el feudalismo y el control de la Iglesia Católica. La resistencia al cambio provenía de aquellos que se beneficiaban del sistema colonial, incluidos los peninsulares y muchos criollos que temían perder sus privilegios.

Además, la Guerra de Independencia fue un conflicto prolongado y violento, con múltiples facciones y líderes con diferentes objetivos y estrategias. Las divisiones internas entre los insurgentes a veces dificultaron la aplicación coherente de los principios ilustrados. Sin embargo, a pesar de estos desafíos, las ideas de la Ilustración proporcionaron una base filosófica y moral que unificó a los insurgentes y les dio una visión de un México libre y soberano.

El legado de la Ilustración en la independencia

La influencia del pensamiento ilustrado en la Guerra de Independencia de México dejó un legado duradero en la formación del país. Los ideales de libertad, igualdad y soberanía popular que inspiraron a los insurgentes se convirtieron en principios fundamentales del nuevo estado mexicano. La Constitución de 1824, que estableció la primera república federal, reflejaba claramente los valores ilustrados.

Además, la independencia de México marcó el inicio de un proceso de transformación social y política que continuaría a lo largo del siglo XIX. Las luchas por la reforma liberal, la secularización del estado y la expansión de los derechos civiles y políticos se basaron en gran medida en los principios de la Ilustración.

La Guerra de Independencia de México fue un evento complejo y multifacético, influenciado por una variedad de factores internos y externos. Entre estos, la influencia del pensamiento ilustrado se destaca como un elemento crucial que proporcionó a los líderes insurgentes y a la sociedad mexicana una visión y una justificación para la lucha por la libertad y la justicia.

Las ideas de la Ilustración no solo inspiraron a los precursores de la independencia, sino que también moldearon los principios fundacionales del nuevo estado mexicano. A pesar de los desafíos y las resistencias, los ideales de la libertad, la igualdad y la soberanía popular que emanaron de la Ilustración continúan siendo pilares fundamentales de la identidad y la política mexicana hasta el día de hoy.

La independencia de México, influenciada por el pensamiento ilustrado, no solo fue una ruptura con el dominio colonial español, sino también el inicio de una transformación profunda y continua hacia una sociedad más justa y equitativa, basada en los principios de la razón y los derechos humanos.

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