El Movimiento Estudiantil de 1968 en México fue un punto de quiebre en la historia del país. Durante el periodo presidencial del priísta Gustavo Díaz Ordaz, los jóvenes mexicanos se levantaron para exigir mayor democracia, libertad de expresión y un cambio en las políticas represivas del gobierno. Este movimiento, que comenzó como una protesta estudiantil, rápidamente se extendió a otros sectores de la sociedad y se convirtió en un movimiento popular de gran magnitud.
El régimen priísta se caracterizaba por ser autoritario y el Movimiento Estudiantil de 1968 fue una manifestación clara de la resistencia y el descontento acumulado durante años. Los estudiantes exigían mayor participación en la toma de decisiones políticas y denunciaban la corrupción y la represión del gobierno. Además, pedían la liberación de presos políticos y el fin de la persecución a grupos y organizaciones disidentes.
La respuesta del gobierno a estas demandas fue violenta y desproporcionada. Durante la noche del 2 de octubre de 1968, miles de estudiantes y ciudadanos que se encontraban en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, fueron atacados por el ejército y grupos paramilitares. Esta masacre dejó un saldo aún incierto de muertos y desaparecidos, y se convirtió en una herida abierta para la sociedad mexicana.
El gobierno priísta trató de ocultar lo sucedido en Tlatelolco y de controlar la información que se difundía sobre el movimiento. Sin embargo, esto solo logró que la indignación creciera y que la solidaridad con los estudiantes se extendiera por todo el país. Las universidades se convirtieron en centros de resistencia y los jóvenes se organizaron para protestar de diferentes formas, como marchas, plantones y mítines.
A pesar de la represión y la violencia, el Movimiento Estudiantil de 1968 logró abrir una brecha en el sistema político mexicano. La lucha de los estudiantes y el apoyo de la sociedad civil fueron fundamentales para el cambio político que se produjo en los años siguientes. Después del movimiento, el PRI comenzó a perder legitimidad y su monopolio político se vio amenazado.
El Movimiento Estudiantil de 1968 en el periodo prísta en México también tuvo un impacto a nivel internacional. La brutalidad del gobierno mexicano frente a las protestas estudiantiles fue denunciada por diferentes organizaciones internacionales de derechos humanos. Además, el movimiento inspiró a otros movimientos estudiantiles y sociales alrededor del mundo, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y lucha por la libertad.
El gobierno priísta intentó silenciar el movimiento y borrarlo de la memoria colectiva, pero la lucha de los estudiantes y las víctimas de la represión se mantuvo viva. Durante décadas, las familias de los desaparecidos buscaron la verdad y la justicia, exigiendo la apertura de los archivos y el castigo a los responsables de la masacre de Tlatelolco.
En los últimos años, el Movimiento Estudiantil de 1968 ha sido objeto de una revisión histórica más amplia. Se han realizado investigaciones y se han encontrado nuevos testimonios y pruebas que confirman la participación del gobierno en la masacre de Tlatelolco. Además, se ha reconocido a los estudiantes como héroes y mártires de la lucha por la democracia en México.
El Movimiento Estudiantil de 1968 en el periodo prísta en México marcó un antes y un después en la historia del país. No solo fue una manifestación de la resistencia estudiantil y el descontento social, sino que también fue un catalizador de cambios políticos y sociales. A pesar de la represión y la violencia, los estudiantes lograron abrir una brecha en el sistema político mexicano y sentar las bases para una mayor democratización del país. El Movimiento Estudiantil de 1968 sigue siendo un referente de lucha y resistencia en la historia de México.