Álvaro Obregón, nacido el 19 de febrero de 1880 en Siquisiva, Sonora, es una figura central en la historia moderna de México. Su influencia política y económica durante la década de 1920 dejó una huella indeleble en el desarrollo del país. Este artículo explora su legado en ambas dimensiones, destacando sus contribuciones y los desafíos que enfrentó durante su tiempo como presidente de México.

La presidencia de Obregón (1920-1924) se sitúa en un período de transición crucial para México. Tras la Revolución Mexicana, el país estaba sumido en un caos político y económico. La Revolución, que comenzó en 1910, fue un conflicto armado que buscó derrocar la dictadura de Porfirio Díaz, culminando con una serie de gobiernos inestables y enfrentamientos internos.

Obregón emergió como líder revolucionario y estratega militar, ganándose el respeto de sus contemporáneos por sus habilidades tácticas en batallas como la de Celaya en 1915, donde derrotó a las fuerzas de Pancho Villa. Su éxito militar lo catapultó a la esfera política, convirtiéndose en una figura clave en la reconstrucción del país.

Uno de los aspectos más destacados del legado de Obregón es su enfoque en la estabilidad política. Reconociendo la necesidad de pacificar el país, buscó reconciliar a las diversas facciones revolucionarias y consolidar el poder del gobierno central.

1. El Tratado de Bucareli

En 1923, Obregón firmó el Tratado de Bucareli con Estados Unidos, que abordaba las reclamaciones de propiedades estadounidenses afectadas durante la Revolución. Este acuerdo fue criticado por algunos sectores en México, pero permitió una normalización de las relaciones diplomáticas y económicas con su vecino del norte. El tratado también proporcionó una inyección de confianza para las inversiones extranjeras, crucial para la economía mexicana en ese momento.

2. El Plan de Agua Prieta

Obregón también implementó el Plan de Agua Prieta en 1920, que fue fundamental para derrocar al presidente Venustiano Carranza. Este plan consolidó su liderazgo y estableció un gobierno provisional que eventualmente lo llevó a la presidencia. La capacidad de Obregón para navegar en un ambiente político volátil y establecer un gobierno estable fue una de sus mayores hazañas.

3. Relaciones con el Ejército

La relación de Obregón con el ejército fue otro pilar de su éxito político. Reconoció la importancia de mantener al ejército como una institución leal y profesional. Implementó reformas para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los soldados, así como su profesionalización. Estas medidas ayudaron a prevenir rebeliones y aseguraron la estabilidad de su gobierno.

Reformas Económicas

La política económica de Obregón estuvo marcada por un esfuerzo constante para reconstruir y modernizar la economía mexicana, devastada tras años de conflicto.

1. Agricultura y Reforma Agraria

Obregón continuó con la implementación de la reforma agraria iniciada por su predecesor, Emiliano Zapata. Su gobierno distribuyó tierras a los campesinos a través de la Ley de Ejidos, que permitía la creación de comunidades agrarias. Esta medida no solo buscaba justicia social sino también aumentar la producción agrícola para garantizar el suministro de alimentos y estabilizar los precios.

2. Industria y Comercio

Durante su administración, Obregón promovió la industrialización y el desarrollo del comercio. Implementó políticas para atraer inversión extranjera y fomentar la creación de industrias nacionales. Aunque estas políticas tuvieron resultados mixtos, establecieron las bases para un crecimiento económico sostenido en las décadas posteriores.

3. Infraestructura

El desarrollo de infraestructura fue una prioridad para Obregón. Su gobierno invirtió en la construcción de carreteras, ferrocarriles y puertos, lo que facilitó el comercio y la movilidad dentro del país. Estas mejoras en la infraestructura fueron esenciales para el desarrollo económico y la integración de las regiones rurales con los centros urbanos.

4. Educación y Cultura

La educación también fue un foco importante para Obregón. Reconociendo la importancia de un sistema educativo fuerte, apoyó la expansión de las escuelas rurales y urbanas. Además, su gobierno fomentó las artes y la cultura, siendo un gran promotor del muralismo mexicano, un movimiento artístico que reflejaba los ideales revolucionarios y la identidad nacional.

Desafíos y Controversias

A pesar de sus logros, la presidencia de Obregón no estuvo exenta de desafíos y controversias. Su estilo de liderazgo autoritario y sus tácticas para mantenerse en el poder generaron críticas tanto dentro como fuera de México.

1. Reelección y el Asesinato de Obregón

El intento de reelección de Obregón en 1928 desató una intensa oposición. A pesar de haber logrado una reforma constitucional que permitía su reelección, su segundo mandato fue interrumpido abruptamente cuando fue asesinado el 17 de julio de 1928 por José de León Toral, un simpatizante de la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa. Este evento marcó el final de su influencia directa en la política mexicana, pero dejó un legado duradero.

2. Relaciones con la Iglesia

La relación de Obregón con la Iglesia Católica fue complicada. Su gobierno promovió políticas anticlericales, alineadas con la Constitución de 1917, que restringían la influencia de la Iglesia en la vida pública. Estas medidas fueron recibidas con resistencia por parte de la jerarquía eclesiástica y sectores conservadores de la sociedad, resultando en tensiones significativas.

Legado Duradero

El legado de Álvaro Obregón es complejo y multifacético. Su capacidad para consolidar el poder y estabilizar un país desgarrado por la revolución es innegable. Su enfoque pragmático en la política y la economía sentó las bases para el desarrollo de México en las décadas siguientes.

Obregón es recordado como un líder que, a pesar de sus métodos controvertidos, logró avances significativos en la reforma agraria, la modernización de la infraestructura y el fortalecimiento de la educación. Su influencia perdura en la historia de México, destacándose como una figura central en la transición del país hacia la modernidad.

En resumen, Álvaro Obregón fue un líder cuya visión y acciones dejaron una marca imborrable en México. Su legado político y económico continúa siendo objeto de estudio y debate, reflejando la complejidad y las contradicciones de su tiempo. Obregón no solo fue un arquitecto de la paz y la reconstrucción post-revolucionaria, sino también un pionero en la implementación de políticas que buscaban un desarrollo equitativo y sostenible para el país.