El gobierno de Plutarco Elías Calles y la lucha por el control político en México

El periodo comprendido entre 1924 y 1928 marcó una etapa crucial en la historia de México, durante la cual Plutarco Elías Calles asumió la presidencia y emprendió una serie de reformas y acciones que dejarían una profunda huella en el país. Este artículo explora el contexto, las políticas y las luchas de poder que caracterizaron su gobierno, así como el legado que dejó en la historia política de México.

Al asumir la presidencia en 1924, Plutarco Elías Calles heredó un país en proceso de reconstrucción tras la Revolución Mexicana, un conflicto que había transformado profundamente el panorama político, social y económico de México. La presidencia de Álvaro Obregón había comenzado a consolidar algunos de los cambios revolucionarios, pero el país seguía enfrentando enormes desafíos, como la estabilidad política, la pacificación de las facciones revolucionarias y la implementación de reformas agrarias y laborales.

La presidencia de Calles: principales políticas y reformas

Reforma agraria y política agraria

Uno de los aspectos más destacados del gobierno de Calles fue su compromiso con la reforma agraria. Calles buscó redistribuir tierras a los campesinos, un tema central en la agenda revolucionaria. Durante su administración, se crearon la Comisión Nacional Agraria y los bancos agrícolas, instituciones destinadas a facilitar la distribución de tierras y el financiamiento para los agricultores. Aunque los avances fueron limitados y las resistencias grandes, estas medidas sentaron las bases para futuras políticas agrarias en México.

La educación y la secularización

Otro pilar del gobierno de Calles fue la reforma educativa, orientada hacia la secularización y el fortalecimiento del laicismo en la educación pública. Calles promovió la creación de escuelas rurales y la formación de maestros, buscando reducir la influencia de la Iglesia Católica en la educación y promover una educación basada en la ciencia y el racionalismo. Estas políticas generaron tensiones con la Iglesia y la comunidad religiosa, desencadenando la Guerra Cristera (1926-1929), un conflicto armado entre el gobierno y grupos católicos que defendían su libertad religiosa.

La política económica

En el ámbito económico, Calles implementó políticas de modernización e industrialización. Estableció el Banco de México en 1925, con el objetivo de estabilizar la moneda y fomentar la inversión. Su gobierno también promovió la creación de infraestructura, como carreteras y ferrocarriles, y fomentó la inversión extranjera en sectores estratégicos. Estas medidas ayudaron a consolidar una base económica más sólida para el país, aunque también generaron críticas por favorecer a las élites y la inversión extranjera.

La lucha por el control político

Consolidación del poder y el Maximato

Una de las características más significativas del gobierno de Calles fue su habilidad para consolidar el poder y establecer un sistema de control político que se extendió más allá de su mandato. Tras finalizar su presidencia en 1928, Calles continuó influyendo en la política mexicana a través del llamado "Maximato", un periodo en el cual actuó como el "Jefe Máximo de la Revolución". Durante este tiempo, tres presidentes sucesivos (Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez) gobernaron bajo su sombra, consolidando su influencia y control político.

La creación del Partido Nacional Revolucionario (PNR)

Una de las estrategias clave de Calles para mantener el control político fue la creación del Partido Nacional Revolucionario (PNR) en 1929. El PNR se convirtió en el vehículo principal para la cohesión y la disciplina política dentro del gobierno revolucionario. Este partido fue el precursor del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que dominaría la política mexicana durante gran parte del siglo XX. La creación del PNR marcó un paso decisivo hacia la institucionalización de la Revolución Mexicana y la consolidación de un sistema político centralizado.

La Guerra Cristera y sus consecuencias

La Guerra Cristera fue uno de los episodios más violentos y controversiales del gobierno de Calles. Este conflicto armado, que enfrentó al gobierno con los cristeros (grupos católicos armados), tuvo profundas repercusiones en la sociedad mexicana. La guerra fue desencadenada por las políticas anticlericales de Calles y las reformas constitucionales que limitaban la influencia de la Iglesia. A pesar de la intensa represión, el conflicto no se resolvió completamente hasta el gobierno de Lázaro Cárdenas en 1938. La Guerra Cristera dejó un legado de resentimiento y división entre el Estado y la Iglesia, que influiría en la política mexicana durante décadas.

Reformas electorales y consolidación del poder

Durante su mandato, Calles también promovió reformas electorales destinadas a fortalecer el control del Estado sobre el proceso electoral. Estas reformas buscaban eliminar la influencia de los caudillos regionales y consolidar un sistema político más centralizado. Aunque las elecciones seguían estando lejos de ser completamente democráticas, estas reformas ayudaron a estabilizar el sistema político y a reducir el número de conflictos armados y levantamientos regionales.

El legado de Calles en la política mexicana

La institucionalización de la Revolución

El gobierno de Plutarco Elías Calles y el periodo del Maximato marcaron un punto de inflexión en la historia política de México. Calles logró institucionalizar muchos de los principios de la Revolución Mexicana, creando un marco político y económico que perduraría por décadas. La creación del PNR y las reformas agrarias y educativas fueron pasos decisivos hacia la consolidación de un Estado fuerte y centralizado.

La consolidación del autoritarismo

A pesar de sus logros, el gobierno de Calles también consolidó un sistema político autoritario que limitaba la participación democrática y favorecía el control centralizado. Su influencia durante el Maximato y la creación de un partido único reflejaban una tendencia hacia la concentración del poder, una característica que definiría la política mexicana durante gran parte del siglo XX. La represión de movimientos opositores y la manipulación electoral se convirtieron en herramientas comunes para mantener el control político.

Las tensiones entre Estado e Iglesia

La Guerra Cristera y las políticas anticlericales de Calles dejaron una profunda huella en las relaciones entre el Estado y la Iglesia. Aunque el conflicto se resolvió parcialmente en años posteriores, las tensiones entre ambos actores persistieron, influyendo en la política y la sociedad mexicanas. La secularización promovida por Calles estableció un precedente para la separación entre la Iglesia y el Estado, aunque las disputas sobre el papel de la religión en la vida pública continuaron siendo un tema recurrente.

El gobierno de Plutarco Elías Calles fue un periodo de transformación y consolidación en la historia de México. A través de sus políticas agrarias, educativas y económicas, Calles buscó modernizar el país y establecer un marco institucional sólido. Sin embargo, su enfoque autoritario y las tensiones con la Iglesia reflejaron los desafíos y contradicciones de un país en proceso de cambio. El legado de Calles, tanto en términos de logros como de controversias, sigue siendo una parte fundamental de la historia política de México, marcando un capítulo crucial en la búsqueda de estabilidad y progreso en el siglo XX.

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