Durante el Periodo Clásico, que abarcó desde el año 200 al 900 d.C., la civilización zapoteca logró un gran desarrollo arquitectónico que se reflejó en la construcción de impresionantes obras. Estas estructuras no solo reflejan la habilidad técnica de los zapotecas, sino también su profundo conocimiento de la astronomía y su conexión con la naturaleza.
Una de las obras más destacadas de este período es Monte Albán, la antigua capital zapoteca. Esta ciudad fue construida en una colina que ofrece vistas impresionantes del valle de Oaxaca. En Monte Albán se pueden encontrar numerosas estructuras, entre ellas templos, palacios y plazas. Destaca en particular la Gran Plaza, que mide aproximadamente 300 metros de largo y 200 metros de ancho. En esta plaza se encontraban los edificios más importantes de la ciudad, como el Palacio de los Danzantes y el Templo de los Dioses Danzantes.
Otra obra importante de los zapotecas en el Periodo Clásico es el Edificio de los Altares, ubicado en el sitio arqueológico de Mitla. Este edificio está formado por cinco salas rectangulares, que se comunican a través de un patio central. Cada sala cuenta con un altar en el centro, donde se llevaban a cabo rituales y ofrendas. Los zapotecas decoraban las paredes de estas salas con intrincados mosaicos de piedras planas grabadas, conocidos como grecas. Estas grecas representaban figuras estilizadas de serpientes, lagartos y otros animales, así como símbolos abstractos.
En el caso de Yagul, otro importante centro arqueológico zapoteca, destaca la estructura conocida como el Palacio de los Seis Patios. Este edificio está dividido en seis patios rectangulares, que se comunican entre sí mediante puertas y pasillos. Cada uno de estos patios tiene una función específica, como el patio ceremonial, el patio de los señores y el patio de los trabajadores. El Palacio de los Seis Patios muestra la organización social y política de los zapotecas, así como su habilidad para crear espacios arquitectónicos funcionales y estéticamente agradables.
La arquitectura zapoteca en el Período Clásico también incluye tumbas subterráneas, como las encontradas en el complejo de Dainzú. Estas tumbas están compuestas por una cámara principal y túneles de acceso, que estaban decorados con pinturas murales y esculturas. Estas representaciones artísticas muestran escenas de la vida cotidiana, así como figuras mitológicas y deidades zapotecas. Además, algunas de estas tumbas contenían objetos de oro, jade y cerámica, lo que demuestra el alto nivel de desarrollo económico y cultural de los zapotecas.
La arquitectura zapoteca en el Periodo Clásico se caracteriza por su simetría y uso de elementos decorativos, como molduras, escaleras y columnas. Además, las estructuras zapotecas están orientadas hacia los puntos cardinales y se alinean con los fenómenos astronómicos, lo que indica el conocimiento de los zapotecas sobre el movimiento del sol y las estrellas. Por ejemplo, en el Templo de los Dioses Danzantes en Monte Albán, hay una ventana que se alinea con el solsticio de invierno, lo que sugiere que tenía una función astronómica.
En conclusión, las obras arquitectónicas zapotecas en el Periodo Clásico son testigos del alto nivel de desarrollo de esta civilización. Monte Albán, Mitla, Yagul y Dainzú son solo algunos ejemplos de los impresionantes logros arquitectónicos de los zapotecas. Estas estructuras no solo reflejan la habilidad técnica de los zapotecas, sino también su profundo conocimiento de la astronomía y su conexión con la naturaleza. A través de la arquitectura, los zapotecas dejaron un legado duradero que nos permite entender y apreciar su cultura y contribuciones a la historia de México.