Los zapotecas fueron una antigua civilización que se desarrolló en el Valle de Oaxaca, en el sur de México, desde aproximadamente el año 500 a.C. hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI. Son considerados una de las culturas más antiguas de Mesoamérica y dejaron un importante legado cultural y arquitectónico.
Los zapotecas construyeron grandes centros urbanos, como Monte Albán, que fue su principal ciudad y centro ceremonial. Monte Albán es conocido por su arquitectura monumental, incluyendo pirámides, plazas, tumbas y observatorios astronómicos. Fue un centro político, religioso y cultural importante, y llegó a tener una población de hasta 25,000 habitantes.
Los zapotecas desarrollaron un sistema de escritura jeroglífica que se ha encontrado en inscripciones y códices. Aunque gran parte de su escritura aún no ha sido completamente decifrada, se ha logrado entender ciertos aspectos de su lenguaje y registros históricos.
La sociedad zapoteca estaba organizada en una estructura jerárquica, con una clase noble gobernante y una clase trabajadora. Eran agricultores hábiles y cultivaban cultivos como maíz, frijoles, calabazas, algodón y cacao. También se dedicaban a la artesanía, produciendo cerámica finamente decorada, textiles y trabajos en piedra.
La religión ocupaba un lugar central en la vida zapoteca. Adoraban a varios dioses relacionados con la naturaleza, el ciclo agrícola y los fenómenos astronómicos. Realizaban ceremonias y rituales en sus centros ceremoniales para honrar a los dioses y buscar su favor.
Tras la llegada de los españoles, los zapotecas fueron sometidos al dominio colonial. Sin embargo, han logrado mantener y preservar gran parte de su identidad cultural y tradiciones a lo largo de los siglos. Hoy en día, los zapotecas son reconocidos por su rica herencia cultural y siguen siendo una parte integral de la diversidad étnica de México.