Los toltecas fueron una antigua civilización mesoamericana que se desarrolló en el Altiplano Central de México, en la región que abarca los estados de Hidalgo y Tlaxcala, aproximadamente desde el siglo X hasta el siglo XII d.C. Son conocidos por su influencia en el arte, la arquitectura y la cultura de Mesoamérica.
La ciudad de Tula, también conocida como Tollan, fue la capital del imperio tolteca y el centro político y religioso más importante. Tula es famosa por sus imponentes pirámides, palacios y esculturas de piedra, destacando especialmente las estatuas de guerreros atlantes, que son figuras colosales y monumentales.
Los toltecas fueron hábiles artesanos y comerciantes. Se especializaron en la producción de cerámica fina, trabajos en piedra y obsidiana, y tejidos de alta calidad. Comercializaban sus productos a través de rutas comerciales extensas, estableciendo vínculos con otras culturas mesoamericanas.
La sociedad tolteca era estratificada y jerarquizada. Los gobernantes, sacerdotes y guerreros formaban la clase dominante, mientras que los agricultores y artesanos constituían la base de la sociedad. La religión desempeñaba un papel fundamental en la vida tolteca, adoraban a diversos dioses y practicaban rituales y ceremonias en sus templos.
Los toltecas también fueron conocidos por su influencia cultural en Mesoamérica. Su estilo artístico, arquitectónico y su sistema de escritura tuvieron un impacto significativo en otras culturas posteriores, como los aztecas y los mayas. Se cree que los toltecas transmitieron conocimientos astronómicos, matemáticos y calendáricos a otras civilizaciones.
Aunque el declive de los toltecas es objeto de debate, se cree que diversos factores, como conflictos internos, presiones externas y cambios climáticos, contribuyeron a su eventual colapso. A medida que el poder tolteca se debilitaba, otras culturas como los chichimecas y los mexicas (aztecas) emergieron en la región.
El legado de los toltecas perdura en la memoria histórica y en la influencia cultural de Mesoamérica. Su arte y arquitectura siguen siendo admirados y estudiados, y su legado es una parte importante de la herencia cultural de México.