Los tarascos, también conocidos como purépechas, fueron una antigua civilización mesoamericana que se desarrolló en la región occidental de México, específicamente en lo que hoy en día corresponde al estado de Michoacán. Su apogeo se sitúa entre los siglos XII y XVI.
La civilización tarasca fue conocida por su habilidad en la agricultura, especialmente en el cultivo del maíz. Implementaron sistemas avanzados de terrazas y sistemas de riego para maximizar la producción agrícola en las tierras montañosas y fértiles de Michoacán. También fueron hábiles pescadores y cazadores.
Los tarascos construyeron ciudades y centros urbanos, siendo Tzintzuntzan su capital más importante. Tzintzuntzan fue un centro político, religioso y económico, con una estructura arquitectónica impresionante que incluía templos, palacios y plazas ceremoniales. Destacaba el "Yácata", una pirámide escalonada que servía como centro ceremonial y político.
La sociedad tarasca estaba organizada en una estructura jerárquica, encabezada por un rey o gobernante supremo llamado "Cazonci". Había una nobleza hereditaria y una clase sacerdotal, así como una clase trabajadora y campesina. Los tarascos tenían un sistema de gobierno centralizado y una estructura militar bien organizada.
La religión era una parte fundamental de la vida tarasca. Adoraban a varios dioses y diosas, con Curicaueri como la deidad principal. Realizaban ceremonias y rituales en sus templos, que a menudo incluían ofrendas y sacrificios. También practicaban rituales funerarios complejos y veneraban a sus ancestros.
Los tarascos desarrollaron un sistema de escritura llamado "Purépecha", basado en jeroglíficos y glifos. Este sistema se utilizó principalmente para registrar eventos históricos y genealogías nobles. Aunque no ha sido completamente descifrado, se ha logrado interpretar una cantidad significativa de la escritura purépecha.
Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, los tarascos fueron sometidos al dominio colonial. Sin embargo, los purépechas mantuvieron su identidad cultural y tradiciones, preservando su lengua, artesanías y festividades. Hoy en día, los purépechas son reconocidos por su rica herencia cultural y su contribución a la diversidad étnica de México.
