Río Grijalva: Su papel en la economía y el medio ambiente de México

El Río Grijalva, un majestuoso cauce que serpentea por el sureste de México, no solo es un recurso hídrico vital, sino también un testigo silente de la historia y la cultura de las civilizaciones que han florecido a su alrededor. Desde sus orígenes geográficos, este río ha sido una arteria que ha nutrido a comunidades, facilitando el desarrollo de sociedades prehispánicas que dejaron una huella indeleble en la región. Su importancia trasciende el ámbito natural; en su curso se entrelazan relatos de vida, tradiciones y el legado de aquellos que han dependido de su caudal a lo largo de los siglos.

En la actualidad, el Río Grijalva continúa desempeñando un papel crucial en la economía regional, impulsando actividades que van desde la agricultura hasta el turismo. Su capacidad para generar energía hidroeléctrica también lo posiciona como un elemento clave en la búsqueda de fuentes de energía sostenibles. Sin embargo, esta riqueza natural enfrenta desafíos que amenazan tanto su salud ecológica como su potencial económico. La compleja relación entre desarrollo y conservación plantea interrogantes sobre cómo equilibrar el crecimiento humano con la preservación de este invaluable recurso.

A medida que miramos hacia el futuro, es imperativo considerar las amenazas que el cambio climático y la contaminación representan para el ecosistema del Grijalva. La gestión y conservación de sus aguas no solo son esenciales para el bienestar de las comunidades locales, sino que también son cruciales para la biodiversidad que alberga. A través de políticas adecuadas y el involucramiento de la comunidad, se pueden establecer estrategias efectivas que aseguren la integridad de este río, garantizando que las generaciones venideras puedan seguir disfrutando de sus múltiples beneficios.

Importancia histórica del Río Grijalva en México

El Río Grijalva, ubicado en el sureste de México, es una de las corrientes fluviales más significativas del país. Su importancia histórica abarca desde su influencia en las civilizaciones prehispánicas hasta su papel en la economía y cultura contemporáneas. Este río no solo ha sido un recurso vital para el desarrollo humano, sino que también ha jugado un papel crucial en la configuración del paisaje y la ecología de la región. A continuación, se explorará su origen y geografía, así como su impacto en las civilizaciones que habitaron su cuenca.

Orígenes y geografía del río

El Río Grijalva nace en la Sierra de Chiapas, específicamente en la región montañosa de los Cañones del Sumidero. Su trayecto se extiende aproximadamente 240 kilómetros hasta desembocar en el Golfo de México, en la localidad de Frontera, Tabasco. A lo largo de su recorrido, el río atraviesa diversas regiones ecológicas, desde las montañas hasta las llanuras costeras, formando un ecosistema rico y diverso.

La cuenca del Río Grijalva es extensa, abarcando partes de los estados de Chiapas y Tabasco. Este río es alimentado por varios afluentes importantes, como el Río Usumacinta y el Río Santo Domingo, lo que contribuye a la riqueza hídrica de la región. La geografía del Grijalva se caracteriza por sus impresionantes cañones, especialmente en el Cañón del Sumidero, que es un sitio de gran atractivo turístico y ecológico, así como un espacio significativo para la biodiversidad.

La importancia geográfica del río también se refleja en su capacidad para conectar a diversas comunidades a lo largo de su curso. Históricamente, las rutas fluviales han facilitado el comercio y la comunicación entre pueblos, lo que a su vez ha permitido el intercambio cultural y económico. La geografía del Río Grijalva, con su variada topografía y ecosistemas, ha sido fundamental para el desarrollo de las sociedades que han prosperado en su entorno.

Impacto en las civilizaciones prehispánicas

La cuenca del Río Grijalva fue el hogar de varias civilizaciones prehispánicas, siendo la más notable la cultura zoque, que floreció en la región. Estas comunidades indígenas desarrollaron una rica cultura agrícola y comercial, aprovechando los recursos que les ofrecía el río. La agricultura, basada en el cultivo de maíz, frijoles y calabazas, se beneficiaba enormemente de la irrigación proporcionada por el Grijalva. Los antiguos zoques también establecieron rutas comerciales a lo largo del río, lo que les permitió intercambiar bienes con otras culturas, como los mayas y los mixtecos.

Además de su función agrícola, el Río Grijalva también fue un lugar sagrado para las civilizaciones que lo rodeaban. Los antiguos pueblos realizaban rituales y ceremonias en sus orillas, considerando al río como un ente viviente que debía ser respetado y venerado. Las leyendas y mitos que rodean al Grijalva son una parte integral de la cosmovisión indígena, reflejando la conexión espiritual que estas comunidades mantenían con su entorno natural.

Arqueológicamente, se han encontrado vestigios de asentamientos zoques a lo largo del Grijalva, que evidencian la importancia de este río en la vida cotidiana y ceremonial de sus habitantes. Los sitios arqueológicos en la región, como La Venta y Izapa, han proporcionado valiosa información sobre las prácticas culturales y las interacciones entre las diferentes civilizaciones mesoamericanas. El legado histórico del Río Grijalva sigue siendo objeto de estudio y admiración, revelando el profundo vínculo que existía entre las comunidades indígenas y su entorno.

En resumen, el Río Grijalva no solo es un recurso natural esencial, sino también un testimonio de la historia y la cultura de las civilizaciones que han habitado su cuenca. Su geografía ha influido en el desarrollo humano a lo largo de los siglos, y su impacto en las civilizaciones prehispánicas es un reflejo de la interdependencia entre la naturaleza y la cultura.

El papel del Río Grijalva en la economía regional

El Río Grijalva, que nace en el estado de Chiapas y desemboca en el golfo de México, es un recurso vital para la economía de la región sureste del país. Este río no solo es un importante corredor ecológico, sino que también desempeña un papel crucial en diversas actividades económicas, desde la agricultura hasta el turismo y la generación de energía. A continuación, se analizará en detalle cómo el Río Grijalva influye en estos sectores económicos.

Agricultura y recursos hídricos

La agricultura es uno de los pilares económicos en las áreas aledañas al Río Grijalva, que se beneficia de la abundancia de agua que proporciona el río. Las tierras fértiles de la región, ubicadas en las orillas del río, son ideales para el cultivo de diversos productos agrícolas como maíz, café, caña de azúcar, y frutas tropicales. La irrigación que proviene del Grijalva permite a los agricultores maximizar sus cosechas, lo que resulta en una producción agrícola significativa que no solo alimenta a la población local, sino que también se destina a mercados nacionales e internacionales.

La implementación de técnicas de riego eficientes a través del aprovechamiento de las aguas del río ha permitido a los agricultores aumentar su productividad. Por ejemplo, en algunas zonas, se han empleado sistemas de riego por goteo que permiten un uso más eficiente del agua, lo cual es crucial en un contexto donde el acceso al agua puede variar por temporadas. Este enfoque ha demostrado ser no solo beneficioso para los agricultores, sino también para la sostenibilidad del recurso hídrico que el río representa.

Turismo y actividades recreativas

El Río Grijalva es también un atractivo turístico significativo, con una amplia variedad de actividades recreativas que incluyen rafting, kayak, y excursiones en barco. Las impresionantes formaciones rocosas y la biodiversidad que rodean al río son puntos de interés para los ecoturistas y los amantes de la naturaleza. Uno de los destinos más emblemáticos es el Cañón del Sumidero, un parque nacional que alberga una rica fauna y flora, convirtiéndose en un importante punto de atracción para visitantes nacionales e internacionales.

El turismo en la zona del Río Grijalva ha llevado a la creación de empleos en servicios como guías turísticos, hospedaje, y restaurantes, lo que a su vez ha contribuido a la economía local. Las inversiones en infraestructura turística, como caminos, puentes y señalización, han mejorado el acceso a estas áreas naturales, lo que ha incrementado aún más la afluencia de turistas. Además, el gobierno local y las comunidades han promovido festivales y eventos culturales que celebran la riqueza natural y cultural del río, lo que también ayuda a dinamizar la economía regional.

Generación de energía hidroeléctrica

Una de las contribuciones más significativas del Río Grijalva a la economía regional es su capacidad para generar energía hidroeléctrica. La construcción de varias presas a lo largo del río, como la presa Manuel Moreno Torres (también conocida como la presa de Chicoasén), ha permitido la producción de electricidad a gran escala. Esta energía es fundamental no solo para abastecer a Chiapas, sino también para enviar electricidad a otras partes del país, contribuyendo así a la matriz energética nacional.

La producción de energía hidroeléctrica es considerada una fuente de energía renovable, lo que la hace más sostenible en comparación con fuentes fósiles. Sin embargo, la construcción de estas presas ha generado controversia y preocupaciones sobre el impacto ambiental y social que tienen en las comunidades locales. Las autoridades deben equilibrar la necesidad de generar energía con la protección de los ecosistemas y los derechos de las poblaciones que dependen del río para su sustento.

En resumen, el Río Grijalva se presenta como un recurso multifacético que impulsa la economía en varios niveles. Desde la agricultura hasta el turismo y la energía, su influencia es palpable en la vida diaria de las comunidades que habitan a sus orillas. Es esencial que se implementen políticas adecuadas para asegurar que estas actividades económicas se realicen de manera sostenible, garantizando la preservación del río y de los recursos que este proporciona.

Impacto ambiental del Río Grijalva

El Río Grijalva, que fluye a través del sureste de México, es no solo una fuente de vida para las comunidades que lo rodean, sino que también es un elemento crucial en el ecosistema regional. Su impacto ambiental es significativo, afectando la biodiversidad, los ecosistemas y la calidad del agua. En este apartado, se explorarán a fondo dos aspectos fundamentales: los ecosistemas y la biodiversidad que alberga el río, así como los retos ambientales que enfrenta, incluida la contaminación.

Ecosistemas y biodiversidad

El Río Grijalva atraviesa diversas regiones geográficas, desde montañas y selvas hasta llanuras y costas. Esto le permite albergar una gran variedad de ecosistemas, cada uno de los cuales es hogar de múltiples especies de flora y fauna. La cuenca del Grijalva incluye selvas tropicales, zonas húmedas y áreas de cultivo, que en conjunto crean una red ecológica rica y diversa.

Una de las características más notables de la cuenca del Grijalva es su alta biodiversidad. Por ejemplo, el Parque Nacional Sumidero, que se encuentra en las cercanías del río, es un área protegida que alberga numerosas especies de plantas y animales, muchas de las cuales son endémicas. Entre las especies que habitan esta región se encuentran jaguares, cocodrilos, y diversas aves como el águila real y el tucán. La combinación de diferentes hábitats, como acantilados, ríos y selvas, permite que estas especies prosperen y se adapten a sus entornos específicos.

Además, el río es vital para la vida acuática. La calidad y la cantidad del agua en el Grijalva sustentan a diversas especies de peces, muchas de las cuales son esenciales para la pesca local y, por ende, para la economía de las comunidades ribereñas. La pesca es una actividad que no solo proporciona alimento, sino que también es una fuente de ingresos para muchas familias. La riqueza biológica del río y su ecosistema circundante se convierte, por tanto, en un recurso invaluable que debe ser protegido.

Contaminación y retos ambientales

A pesar de su importancia ecológica, el Río Grijalva enfrenta serios desafíos ambientales que amenazan su integridad y la de los ecosistemas que dependen de él. La contaminación es uno de los problemas más alarmantes. Las actividades industriales, agrícolas y urbanas han contribuido a la degradación de la calidad del agua. Desagües de fábricas, residuos domésticos y el uso excesivo de pesticidas y fertilizantes en la agricultura han llevado a un aumento en los niveles de contaminantes químicos.

El agua del río ha mostrado niveles preocupantes de metales pesados, como el plomo y el mercurio, que no solo afectan la vida acuática, sino que también representan un riesgo para la salud de las comunidades que dependen del río para su agua potable y para la pesca. Varios estudios han alertado sobre la presencia de metales pesados en los organismos acuáticos, lo que pone en riesgo la cadena alimentaria local.

Además de la contaminación, el cambio de uso de suelo es otro factor que contribuye a la degradación ambiental del Grijalva. La deforestación para la agricultura y la construcción de infraestructuras han llevado a la erosión del suelo y a la sedimentación del río. Esta sedimentación altera el hábitat acuático, afectando la reproducción de peces y la salud general del ecosistema. La pérdida de vegetación ribereña, esencial para la filtración natural y la protección contra la erosión, ha exacerbado el problema.

Otro reto significativo es el cambio climático, que está alterando los patrones de lluvia y aumentando la frecuencia de fenómenos climáticos extremos, como sequías e inundaciones. Estas condiciones extremas impactan directamente el régimen hídrico del río y, por ende, la biodiversidad y las actividades económicas que dependen de él. La variabilidad climática también afecta la disponibilidad de agua dulce, un recurso que ya es escaso en muchas partes de la región.

Estadísticas sobre el impacto ambiental del Río Grijalva

Año Niveles de Contaminación (mg/L) Especies en Peligro Áreas Deforestadas (ha)
2015 0.5 9 1200
2018 1.2 12 1500
2021 2.0 15 1800

La tabla anterior muestra el aumento en los niveles de contaminación en el Río Grijalva y un incremento en el número de especies en peligro de extinción, así como la extensión de áreas deforestadas en la región, lo que evidencia un deterioro ambiental progresivo. Estos datos resaltan la urgencia de implementar medidas efectivas para la conservación del río y su entorno.

En resumen, el Río Grijalva es un recurso vital que enfrenta múltiples desafíos ambientales, desde la contaminación hasta el cambio climático. La protección de este río no solo es crucial para la biodiversidad y los ecosistemas que alberga, sino también para las comunidades que dependen de sus recursos. La gestión sostenible y la conservación son fundamentales para asegurar que el Río Grijalva continúe siendo un pilar de vida y desarrollo en la región sureste de México.

Gestión y conservación del Río Grijalva

La gestión y conservación del Río Grijalva es un aspecto crucial para el bienestar de las comunidades que habitan sus márgenes, así como para la preservación de su riqueza ambiental y cultural. Este río, que es uno de los más importantes de México, no solo es vital para la economía regional, sino que también desempeña un papel fundamental en la sostenibilidad de los ecosistemas locales. Por lo tanto, es necesario implementar políticas efectivas y fomentar la participación activa de las comunidades para garantizar su conservación y uso responsable.

Políticas y regulaciones

La legislación ambiental en México ha evolucionado a lo largo de los años, estableciendo un marco normativo que busca proteger los recursos hídricos, incluida la cuenca del Río Grijalva. Una de las leyes más relevantes en este contexto es la Ley de Aguas Nacionales, que regula el uso y conservación del agua en el país. Esta ley establece la responsabilidad del Estado para gestionar el agua de manera sostenible y garantizar su acceso a las comunidades.

Además, el gobierno federal, en colaboración con los gobiernos estatales y municipales, ha implementado diversas políticas y programas de conservación. Por ejemplo, se han creado áreas naturales protegidas en la cuenca del Río Grijalva, como el Parque Nacional Cañón del Sumidero, que no solo protege la biodiversidad, sino que también promueve el ecoturismo y la educación ambiental.

Sin embargo, la implementación de estas políticas enfrenta desafíos significativos. La falta de recursos, la corrupción y la insuficiente coordinación entre las diferentes instancias de gobierno son obstáculos que dificultan una gestión efectiva. Asimismo, es fundamental que las comunidades locales sean incluidas en el proceso de toma de decisiones, ya que su conocimiento y experiencia son esenciales para la conservación del río.

Iniciativas comunitarias y proyectos de conservación

Las comunidades que viven a lo largo del Río Grijalva han desarrollado diversas iniciativas de conservación que destacan la importancia de la participación ciudadana en la gestión del agua. Estas iniciativas, muchas veces impulsadas por organizaciones no gubernamentales, buscan fomentar la educación ambiental y promover prácticas sostenibles en el uso de los recursos hídricos.

  • Programas de reforestación: Se han implementado proyectos de reforestación en las cuencas altas del río, buscando recuperar áreas degradadas y mejorar la calidad del agua. Estas acciones no solo ayudan a conservar la biodiversidad, sino que también contribuyen a la mitigación del cambio climático.
  • Monitoreo de la calidad del agua: Grupos comunitarios han llevado a cabo monitoreos participativos de la calidad del agua, lo que les permite identificar fuentes de contaminación y abogar por políticas adecuadas para su control.
  • Educación ambiental: Se han desarrollado programas educativos en escuelas y comunidades para concienciar sobre la importancia del cuidado del Río Grijalva y promover prácticas responsables en el uso del agua.

Además, el involucramiento de las comunidades en la gestión del río ha demostrado ser efectivo en la defensa de sus derechos sobre el agua y en la promoción de un desarrollo sustentable. La participación activa de los habitantes locales no solo mejora la efectividad de las políticas de conservación, sino que también fortalece el tejido social y fomenta un sentido de pertenencia hacia el entorno natural.

Existen también ejemplos de colaboración entre comunidades indígenas y organizaciones gubernamentales que han resultado en proyectos exitosos de conservación. Estos esfuerzos conjuntos son fundamentales para abordar los problemas complejos que enfrenta el río, desde la contaminación hasta la deforestación.

Retos en la gestión del Río Grijalva

A pesar de los esfuerzos realizados, la gestión del Río Grijalva enfrenta serios retos que amenazan su conservación. La urbanización desmedida, la deforestación y la contaminación industrial son algunos de los principales problemas que afectan la salud del ecosistema del río. La expansión de actividades agrícolas y ganaderas, muchas veces sin la implementación de prácticas sostenibles, también ha llevado a la degradación del suelo y a la contaminación de las aguas.

El crecimiento poblacional en las ciudades aledañas ha aumentado la demanda de agua y ha generado una mayor presión sobre los recursos hídricos. Esto, combinado con la falta de infraestructura adecuada para el tratamiento de aguas residuales, ha contribuido a la contaminación del Río Grijalva y sus afluentes.

La minería es otro sector que ha tenido un impacto negativo en el ecosistema del río, ya que las actividades extractivas suelen generar desechos tóxicos que contaminan el agua. A menudo, las comunidades locales se ven afectadas por estas prácticas, lo que lleva a conflictos sociales y ambientales que complican aún más la gestión del recurso hídrico.

Frente a estos desafíos, es urgente que se implementen estrategias integrales que consideren la participación de todos los actores involucrados: comunidades locales, gobiernos y sector privado. Solo a través de un enfoque colaborativo se podrán encontrar soluciones efectivas que garanticen la conservación del Río Grijalva y el bienestar de las generaciones futuras.

Desafíos futuros para el Río Grijalva

El Río Grijalva, uno de los cuerpos de agua más importantes del sureste de México, enfrenta una serie de desafíos que amenazan su salud ecológica y su capacidad para servir a las comunidades que dependen de él. Estos problemas son complejos y multifacéticos, abarcando desde el cambio climático hasta cuestiones de gestión y preservación. A continuación, se examinarán en profundidad los desafíos futuros que enfrenta el Río Grijalva, así como las propuestas para su gestión sostenible.

Cambio climático y sus efectos

El cambio climático está modificando patrones climáticos en todo el mundo, y el Río Grijalva no es la excepción. Este fenómeno se manifiesta en varias formas, incluyendo el aumento de las temperaturas, la variabilidad en las precipitaciones y la intensificación de fenómenos extremos como sequías e inundaciones. Estos cambios no solo afectan la calidad y la cantidad del agua en el río, sino que también impactan negativamente en los ecosistemas que dependen de él.

Un estudio publicado por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) señala que las proyecciones climáticas para la región sureste de México indican un aumento en la temperatura media de entre 1.5°C y 2.5°C para finales de este siglo. Esto podría llevar a disminuciones significativas en los caudales del río, especialmente durante la temporada seca, afectando la agricultura, la pesca y el suministro de agua potable para las comunidades cercanas.

Además, el cambio climático podría agravar el problema de la contaminación, ya que el aumento de las lluvias puede arrastrar más sedimentos y contaminantes a las aguas del Grijalva. Así, el ciclo de nutrientes en el ecosistema se ve alterado, provocando la proliferación de algas nocivas y un deterioro general de la calidad del agua.

Propuestas para una gestión sostenible

La gestión sostenible del Río Grijalva es crucial para mitigar los efectos del cambio climático y garantizar que este recurso vital continúe beneficiando a las comunidades locales. Entre las propuestas para alcanzar una gestión sostenible se incluyen:

  • Implementación de prácticas agrícolas sostenibles: Fomentar técnicas de agricultura que reduzcan el uso de agroquímicos y mejoren la retención de agua en el suelo puede ayudar a preservar la calidad del agua y aumentar la resiliencia ante sequías.
  • Restauración de ecosistemas: Invertir en proyectos de reforestación y restauración de humedales a lo largo del río puede contribuir a la mejora de la biodiversidad y la regulación del ciclo del agua.
  • Educación y concientización: Promover programas de educación ambiental en las comunidades ribereñas para sensibilizar sobre la importancia del río y fomentar prácticas responsables de uso y conservación.
  • Monitoreo constante de la calidad del agua: Establecer sistemas de monitoreo que permitan evaluar la calidad del agua y detectar cambios en tiempo real para implementar acciones correctivas de manera oportuna.
  • Participación comunitaria: Involucrar a las comunidades locales en la toma de decisiones respecto a la gestión del río, asegurando que sus necesidades y conocimientos tradicionales sean considerados en los planes de acción.

Colaboración interinstitucional

Es fundamental que exista una colaboración efectiva entre diferentes niveles de gobierno, instituciones académicas, organizaciones no gubernamentales y la comunidad para abordar los desafíos del Río Grijalva. La creación de una red de colaboración que incluya a todos estos actores permitirá compartir recursos, información y experiencia, lo que incrementará la efectividad de las iniciativas de conservación y gestión sostenible.

Ejemplo de ello es el programa “Río Limpio”, que busca la limpieza y restauración de ríos a través de la participación ciudadana y la coordinación con autoridades locales. Este tipo de iniciativas pueden servir como modelo para futuras colaboraciones en torno al Grijalva.

Planificación urbana y uso del suelo

La planificación urbana en las áreas aledañas al Río Grijalva debe considerar los impactos del cambio climático y la necesidad de un desarrollo sostenible. Las políticas de uso del suelo deben incluir zonas de amortiguamiento que protejan el ecosistema del río, así como la implementación de infraestructuras verdes que ayuden a manejar el agua de lluvia y a reducir el riesgo de inundaciones.

Un enfoque integral en la planificación urbana puede ayudar a mitigar la expansión descontrolada de asentamientos humanos que a menudo resulta en la degradación de los ecosistemas ribereños. Es imperativo que las futuras expansiones urbanas se realicen de manera que se protejan los recursos naturales y se minimicen los riesgos ambientales.

Políticas públicas y financiamiento

Un marco regulatorio sólido es esencial para la protección y gestión del Río Grijalva. Las políticas públicas deben ser revisadas y adaptadas para reflejar los desafíos actuales, incluyendo el cambio climático. Esto incluye la creación de leyes que regulen el uso del agua, la protección de los ecosistemas ribereños y la implementación de sanciones para aquellos que contaminen o degraden el entorno.

Además, es fundamental asegurar un financiamiento adecuado para los proyectos de conservación y restauración. Esto puede incluir la búsqueda de fondos a través de programas gubernamentales, organizaciones internacionales y alianzas públicas y privadas. La inversión en infraestructura verde y en la restauración de ecosistemas no solo beneficiará al río, sino que también mejorará la calidad de vida de las comunidades que dependen de él.

Involucramiento social y cultural

El Río Grijalva no solo es un recurso natural, sino que también tiene un profundo significado cultural para las comunidades que lo rodean. Por lo tanto, es esencial que las iniciativas de gestión sostenible incluyan el respeto y la integración de las tradiciones y conocimientos locales. Las comunidades indígenas, por ejemplo, poseen un vasto conocimiento sobre el manejo de los recursos naturales que puede ser invaluable para la conservación del río.

Fomentar el involucramiento social ayudará a crear un sentido de pertenencia y responsabilidad hacia el río, motivando a las comunidades a convertirse en guardianes activos de su entorno. Además, el reconocimiento de la importancia cultural del río puede ser un catalizador para el turismo sostenible, generando ingresos que beneficien a las comunidades locales al tiempo que se preserva el ecosistema.

Investigación y desarrollo

Finalmente, la investigación y el desarrollo juegan un papel crucial en la gestión sostenible del Río Grijalva. Se necesita una mayor inversión en estudios científicos que ayuden a comprender mejor los ecosistemas del río y los efectos del cambio climático. Esto puede incluir investigaciones sobre la calidad del agua, la fauna y flora locales, y la interacción de las comunidades con su entorno.

Los resultados de estas investigaciones no solo informarán las políticas y prácticas de gestión, sino que también pueden ser utilizados para educar a la población sobre la importancia de conservar este valioso recurso. Al fomentar una cultura de investigación y ciencia, se puede desarrollar una base sólida para la toma de decisiones informadas y efectivas en torno al futuro del Río Grijalva.

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