Periodo en el que Lerdo de Tejada ejerció la presidencia de México, que abarcó desde el 19 de julio de 1872 hasta el 20 de noviembre de 1876. Durante su mandato, Lerdo de Tejada implementó una serie de políticas y reformas con el objetivo de fortalecer el régimen liberal y promover el desarrollo del país.
Uno de los aspectos más destacados de su gobierno fue la promulgación de la Ley Lerdo, también conocida como la Ley de Desamortización de Fincas Rústicas y Urbanas, que buscaba la secularización de los bienes comunales y la venta de propiedades de la Iglesia y las comunidades indígenas. Esta ley tenía como objetivo fomentar la propiedad privada, el desarrollo económico y la modernización agraria.
Además, Lerdo de Tejada impulsó la construcción de infraestructuras clave, como vías férreas y carreteras, para conectar diferentes regiones del país y facilitar el comercio. También se preocupó por la educación, promoviendo la creación de escuelas y la mejora de la educación pública.
Durante su gobierno, Lerdo de Tejada enfrentó desafíos políticos y económicos, incluyendo conflictos con grupos conservadores y dificultades financieras. Estos problemas, junto con la reelección de Lerdo de Tejada para un segundo periodo presidencial, generaron descontento y desencadenaron la Revolución de Tuxtepec en 1876, liderada por Porfirio Díaz.